Podemos sentirnos poderosas cuando estamos en “conexión” con nuestro cuerpo
y nuestro deseo, dispuestas a vivir las oportunidades que nos ofrece el mundo.
A cualquier edad, nuestra sexualidad es energía, potencia la vida, es creativa.
Socialmente a las mujeres se nos ha trasmitido lo contrario: contentar nuestra
voluntad, controlar nuestro deseo, no ser del todo, y a partir de cierta edad ser
asexuales. Y todo eso para no ser libre, para no hacer sombra a los hombres.
En el taller recorreremos un camino diferente, ampliando las posibilidades del
deseo, como se abre un abanico: conocer la energía genital, integrarla en la
erótica global, teniendo en cuenta y cuidando la propia historia personal. Y
jugar, como los niños y niñas, con nuestras formas de ligar y fantasear, y reír.
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